Gaceta Crítica

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El rey es el mensaje: un recorrido por los discursos de Nochebuena de Felipe VI en España.

Juan Oliver (PÚBLICO), 24 de Diciembre de 2025

  • Felipe VI ha utilizado los discursos en Nochebuena de su reinado para ‘blanquear’ a la Corona y demandar a otras instituciones una ejemplaridad que jamás ha reclamado expresamente a su familia.
  • El monarca inspira sus intervenciones en la pauta de Juan Carlos I, que condenaba la corrupción, exigía austeridad y defendía a la familia mientras ocultaba una fortuna y regalaba millones a su amante.
Imágenes de Felipe VI durante varios de sus discursos de navidad de los últimos años.
Imágenes de Felipe VI durante varios de sus discursos de navidad de los últimos años.Casa Real

En su último mensaje de Navidad antes de su abdicación, cuando la crisis financiera ya había hecho migas el tejido productivo de España, destruido la economía familiar de millones de hogares y puesto el sistema bancario al borde del concurso de acreedores, el entonces rey Juan Carlos de Borbón apareció en televisión apelando a «la fuerza de la familia» para superar el bache. Criticó duramente «los casos de falta de ejemplaridad en la vida pública» que habían dañado, según él, «el prestigio de la política y de las instituciones» que debían sacar al país del agujero. 

«La salud moral de una sociedad se define por el nivel del comportamiento ético de cada uno de sus ciudadanos, empezando por sus dirigentes», dijo solemnemente en su discurso en la Nochebuena de 2013. Todo el mundo interpretó entonces que se refería a la trama corrupta del PP que desvelaron los papeles de Luis Bárcenas. Porque por entonces aún no se sabía que él, el monarca, también tenía cuentas en Suiza a través de una fundación con ánimo de lucro, ni que el año anterior le había regalado a una de sus amantes 65 de los 100 millones de euros que había recibido del rey de Arabia Saudí, tras mediar desde su cargo de jefe del Estado español en la construcción de una línea de AVE en ese país. Era la misma amante con la que un año antes se había ido a cazar elefantes a Botsuana mientras la crisis de deuda amenazaba de quiebra a España. Aún así, en su mensaje navideño de 2013, el último antes de abdicar, Juan Carlos I insistió en la relevancia de la familia y de la ética política: «Asumo las exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy reclama la sociedad».

El sucesor del hoy exrey, Felipe de Borbón, que era uno de los beneficiarios de aquella fundación paterna y que no renunció a la herencia de su padre hasta que se hizo pública la existencia de su fortuna opaca al fisco, ha mantenido la tradición del mensaje navideño que su progenitor, a su vez, había copiado del mensaje de año viejo con el que Francisco Franco aleccionaba al país desde 1938, por radio primero y después por televisión. Como ellos, el actual jefe del Estado, que este 24 de diciembre cumplirá doce discursos navideños, aparece en pantalla con cuidada escenografía y apariencia de auctoritas amable, de legítima superioridad moral y presunta cercanía a los problemas que cada año la Corona intuye como prioridades ciudadanas. Con una salvedad, como también ocurría con su padre: suceda lo que suceda, el leit motiv siempre es la defensa del establishment político y económico que sostiene a la monarquía, sin reconocimiento expreso de sus errores, escándalos y corruptelas ni mención alguna, nunca, a las víctimas de la dictadura de la que proviene.

2014. Crisis, Corona y corrupción .

En diciembre de 2014, el año del primer discurso de Nochebuena de Felipe VI como jefe del Estado tras la abdicación de Juan Carlos I, España sigue en crisis con cerca del 24% de paro mientras los recortes están minando la cobertura social. El movimiento político surgido alrededor del 15M, de cariz republicano, se consolida como alternativa al bipartidismo y a una clase política que la ciudadanía intuye sistémicamente corrupta, empezando por la Corona. El rey lanza ese año mensajes encadenados que recogen esa denuncia pero sin apuntar, ni insinuar siquiera, a su padre, que sigue cobrando un sueldo público, ni a su hermana Cristina de Borbón y a su marido, imputado por varios delitos fiscales y de blanqueo: «Las conductas que se alejan del comportamiento que cabe esperar de un servidor público, provocan, con toda razón, indignación y desencanto (…) Necesitamos una profunda regeneración de nuestra vida colectiva (…) Debemos cortar de raíz y sin contemplaciones la corrupción (…). La honestidad de los servidores públicos es un pilar básico de nuestra convivencia». Felipe VI pide a los ciudadanos «recuperar la confianza», y, como era habitual en los mensajes de su progenitor, defiende la Constitución como «la garantía de una convivencia democrática, ordenada, en paz y libertad». Por primera vez en la historia de los mensajes reales, el rey se despide en las cuatro lenguas oficiales: «Feliz navidad, Eguberri on, Bon nadal, Boas festas».

Felipe VI, en su primer mensaje de navidad en la nochebuena de 2014.

2015. La amenaza de una ruptura.

El domingo 20 de diciembre de 2015 se celebran elecciones generales. Podemos, que ha aglutinado buena parte del descontento social de los últimos años, obtiene 69 escaños, por 123 del PP, 90 del PSOE y 40 de Ciudadanos. La izquierda alternativa no sólo propone un cambio de ciclo, sino de sistema político, que incluye el fin de la monarquía. Cuatro días después de los comicios, el rey enarbola la defensa de ese sistema con críticas veladas a cualquier proyecto que lo cuestione, como si la victoria de la izquierda (PSOE más Podemos) en votos y en escaños sobre la derecha (PP más Ciudadanos) no fuera democrática: «La ruptura de la ley, la imposición de una idea o de un proyecto de unos sobre la voluntad de los demás españoles, solo nos ha conducido en nuestra historia a la decadencia, al empobrecimiento y al aislamiento. Ese es un error de nuestro pasado que no debemos volver a cometer», advierte, para añadir: «Debemos desterrar los enfrentamientos y los rencores«. En años posteriores, Felipe VI volverá a utilizar en sus discursos navideños el término «rencor» en aparente alusión a las demandas de reconocimiento, reparación y justicia de las víctimas de la dictadura.

2016. Recortes y «heridas cerradas».

Lo hace un año después, lo de usar el término «rencor«, en la Nochebuena de 2016. Casi al final de su discurso se postula por construir una España «de brazos abiertos y manos tendidas, donde nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas«. Se han repetido las elecciones generales en junio, y el PP de Mariano Rajoy (137 escaños) ha logrado mantenerse en el poder gracias al apoyo de Ciudadanos (32), frente al PSOE (85), cuya cúpula ha echado a su líder –Pedro Sánchez–, y Unidos Podemos (71). La amenaza de la ruptura política se aleja por la izquierda y Felipe VI ofrece y demanda calma: «Hemos superado una compleja situación política que conocéis bien. Es importante ahora que en nuestra sociedad se haya recuperado la serenidad», afirma. La ruptura, sin embargo, se acerca por Catalunya, donde Carles Puigdemont, nuevo president de la Generalitat, avanza en el procés hacia el referéndum de independencia, contra el que el rey clama en su mensaje, entre líneas pero de forma nítida a ojos de la mayoría de analistas: «Tampoco son admisibles ni actitudes ni comportamientos que ignoren o desprecien los derechos que tienen y que comparten todos los españoles para la organización de la vida en común. Vulnerar las normas que garantizan nuestra democracia y libertad solo lleva, primero, a tensiones y enfrentamientos estériles que no resuelven nada y, luego, al empobrecimiento moral y material de la sociedad».

2017. Catalunya y, por primera vez, violencia de género

El referéndum de independencia se ha celebrado el 1 de octubre entre cargas y represión policial que lo conducen al fracaso, pero el Parlament de Catalunya declara la independencia el 27 de ese mes y eso provoca que el Gobierno de Rajoy aplique el artículo 155 de la Constitución para intervenir la Generalitat y destituir a Puigdemont y a todo su gabinete. Menos de dos meses después, Catalunya centra el discurso de navidad del rey, al que las fuerzas soberanistas acusan de abandonar su obligada equidistancia institucional para situarse del lado de quienes se opusieron a la consulta. El monarca les acusa de querer «imponer las ideas propias frente a los derechos de los demás» y de optar por el «enfrentamiento» y la «exclusión», que, a su juicio, «solo generan discordia, incertidumbre, desánimo y empobrecimiento moral, cívico y –por supuesto– económico de toda una sociedad». Unos meses antes, la Audiencia Nacional ha condenado a su cuñado por varios delitos de corrupción, pero Felipe VI no se refiere él en su mensaje y solo se limita a constatar, en una línea, que la corrupción se mantiene «como una de las principales preocupaciones de la sociedad española». Por primera vez desde que fue coronado, sí habla expresamente de la violencia de género, «una lacra inadmisible (…) criminal y cobarde».

Juan Carlos de Borbón: «La salud moral de una sociedad se define por el nivel del comportamiento ético de cada uno de sus ciudadanos, empezando por sus dirigentes»

2018. 8M, nuevas generaciones y memoria democrática

El 8 de marzo de 2018 se celebra el primer paro internacional de mujeres, una huelga con un seguimiento masivo en España que la Corona intuye como una referencia de enorme malestar social como no se conocía desde el 15M, y que lleva al rey a citar a la violencia contra las mujeres en las primeras líneas de su mensaje de Nochebuena, para lamentarla en plural mayestático: «Merece siempre nuestra repulsa y condena más enérgica». El 31 de mayo, Pedro Sánchez ha desbancado a Mariano Rajoy con una moción de censura tras la sentencia que condena al PP por el caso Gürtel, pero, paradójicamente, este es el año en que el monarca dedica menos espacio de su mensaje a condenar la corrupción: le sigue «preocupando, por supuesto, muy seriamente». La mayoría de su discurso se dirige a promocionar la Constitución ante las nuevas generaciones, a las que insta a defender «los ideales» de la transición, que identifica con el diálogo y el consenso, frente, de nuevo, al «rencor y el resentimiento» que forman parte de «la peor historia» de España.

2019. El discurso neoliberal.

La condena al «rencor» también está presente en el discurso del 24 de diciembre de 2019, que, como todos los mensajes navideños de Felipe VI, se centra sobre todo en defender el sistema político y económico establecido. Si en años anteriores el rey esgrimió argumentos clásicos del relato neoliberal, como definir los recortes sociales como «sacrificios necesarios» por la crisis o alabar la ética del esfuerzo como garantía de ascenso social, en este se esmera en identificar las desigualdades sociales y de género no como un efecto estructural del sistema sino como un consecuencia derivada de la crisis, para defender las benevolencias de aquél: «Vivimos en un Estado social y democrático de derecho que asegura nuestra convivencia en libertad y que ha convertido a España en un país moderno, con prestaciones sociales y servicios públicos esenciales como en educación y en sanidad», dice. Las elecciones generales de noviembre han disparado a Vox (52 escaños) pero hundido al PP (89) y a Ciudadanos (10); y Pablo Iglesias, líder de Podemos, la referencia del discurso republicano en la política nacional, asoma como vicepresidente de Pedro Sánchez en las negociaciones para formar Gobierno. El rey se refiere a ellas y reclama: «No debemos caer en los extremos (…) ni en una autocrítica destructiva».

El Rey emérito Juan Carlos I durante las regatas de Sanxenxo.

2020. Pandemia y fuga.

Ha transcurrido un año trágico, con decenas de miles de fallecidos por el covid-19 y la economía derrumbándose de nuevo por el confinamiento, que ha obligado al cierre de empresas y negocios y ha paralizado el comercio mundial. A finales de diciembre se atisba algo de luz al final del túnel, pero el jefe del Estado aún habla en términos de tragedia colectiva. Se refiere a profesionales, empresas y trabajadores, especialmente sanitarios, para lanzar alabanzas conjuntas; a la investigación, la ciencia y la «responsabilidad individual», pero no dedica ni una línea en defensa expresa de la sanidad pública como constructo común que ha permitido salvar miles de vidas. Además del reto sanitario, Felipe VI habla de la necesidad de idear soluciones para evitar que la crisis económica «derive en una crisis social», pero, de nuevo, sin una palabra sobre las medidas económicas –los EREs, el escudo social– adoptadas por el Gobierno de coalición (PSOE más Unidas Podemos) que se había formado a principios de año, sólo dos meses antes de la emergencia sanitaria. En diciembre, las restricciones para prevenir el contagio del virus limitan a seis el número de personas permitido en las celebraciones navideñas, pero en la familia real serán uno menos, pues en agosto Juan Carlos de Borbón se ha fugado a Abu Dabi huyendo de sus escándalos de corrupción. Pese a la polémica que el caso levanta en todo el país, el rey no se refiere a su padre en su discurso de diciembre, ni a su propia condición de beneficiario de su fortuna oculta, a la que se ha visto obligado a renunciar pocos meses antes, cuando salió a la luz. Se limita a decir que «los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman (…) están por encima de cualquier consideración (…) incluso de las personales o familiares», y que eso demuestra «el espíritu renovador que inspira» su reinado.

2021. Las vacunas de las infantas

El volcán de la Palma entra en erupción en septiembre y el rey empieza su mensaje de Navidad tres meses después con cariñosos recuerdos a los afectados. Pero el 2021 ha sido el año del principio del fin de la pandemia y el monarca lo celebra: «Hemos avanzado sustancialmente en la lucha contra la pandemia gracias al descubrimiento y autorización de las vacunas», proclama. En marzo ha trascendido que sus hermanas, Elena Cristina de Borbón, habían volado a Abu Dabi, y que allí, junto a su padre, el exrey Juan Carlos, habían aprovechado para vacunarse contra la covid-19, saltándose así las listas de espera que en España priorizaban a los grupos de riesgo, especialmente a las personas mayores. El rey no se pronuncia sobre ello, pero sí critica a «las instituciones» del Estado –además de la Corona, que él ostenta, son el Gobierno, el Poder Judicial y las Cortes– , y les reclama «respetar y cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral«.

2022. Ucrania y la erosión institucional.

«Cuando creíamos haber superado lo peor de la pandemia (…) en el mes de febrero Rusia invadió Ucrania». Felipe VI empieza su discurso de 2022 condenando la invasión y sustentando el discurso armamentista –»Nuestra seguridad también se ha visto afectada»–, aunque también, por primera vez tan directamente, el de la protección social: «Encender la calefacción o la luz o llenar el depósito de gasolina, acaba siendo una fuente de preocupación e implica –en muchos casos– importantes sacrificios personales y familiares. Porque, en efecto, hay familias que no pueden afrontar esta situación de una manera prolongada y necesitan el apoyo continuo de los poderes públicos«. En el orden político interno, con Alberto Núñez Feijóo recién aupado al liderazgo del PP, el monarca se refiere a los que considera los riesgos más graves a los que se expone el país: la «división», el «deterioro de la convivencia» y, de nuevo, «la erosión de las instituciones», a las que pide que «sean un ejemplo de integridad y rectitud«. Su padre, que forma parte de la familia real, sigue en Abu Dabi, aunque en mayo de 2022 ha vuelto a España para regatear en Sanxenxo (Pontevedra), donde ha contestado con displicencia a los periodistas que le preguntaron si iba a aprovechar la visita para explicar sus fraudes a Hacienda: «¿Explicaciones, de qué?».

Felipe de Borbón: «Las conductas que se alejan del comportamiento que cabe esperar de un servidor público provocan, con toda razón, indignación y desencanto»

2023. La Constitución, medio y fin

Las visitas de Juan Carlos desde Abu Dabi se hacen cada vez más frecuentes –media docena de veces en un año–, una vez que han sido archivadas, bien por prescripción de los delitos, bien por la protección constitucional de su figura, las causas contra él. Su presencia, sin embargo, desarma una y otra vez los intentos de Felipe VI por recuperar la imagen de la Corona. En su discurso de Nochebuena de 2023, el monarca arranca reconociendo la preocupación por «las dificultades económicas y sociales que afectan a la vida diaria de muchos españoles», así como por el empleo, la sanidad, la calidad de la educación, el precio de los servicios básicos, la violencia contra la mujer y, por primera vez, «el acceso a la vivienda» y las pensiones –»un retiro digno», las llama–. Lo hace para vincular la defensa de esos logros a la de la propia Constitución, que, además de consagrar la monarquía, representaría no sólo «un valor democrático» en sí sino un «instrumento» de garantía del bienestar colectivo.

2024. Ni rastro de Gaza

La DANA ha arrasado València hace dos meses y en la Nochebuena de 2024 Felipe VI se dirige en primer lugar a sus víctimas para decirles que entiende «la frustración, el dolor, la impaciencia y las demandas de una coordinación mayor y más eficaz de las administraciones». Intencionadamente o no, eso aproxima su discurso al de quienes usaban idéntico argumento para liberar de responsabilidad al entonces president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón. El rey también habla de inmigración y de integración; de la democracia liberal y de la Constitución; del paro y la vivienda; la pobreza y la exclusión social; Europa e Iberoamérica.. Y de las amenazas sobre el multilateralismo y la universalidad de los derechos humanos, aunque sin citar ni una vez a Estados Unidos y a Donald Trump ni al Netanyahu y al exterminio planificado por Israel en Palestina, a pesar de que a finales de 2024 el genocidio ya acumulaba más muertos civiles inocentes que la invasión rusa de Ucrania, que el jefe del Estado sí condenó expresamente. También se dirige con orgullo a la juventud española, que acudió «en masa» a València para socorrer a las víctimas de la DANA y que, a la vez «ha hecho brillar nuestro nombre en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos y en la última Eurocopa».

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