Jaime Aja Valle * (Mundo Obrero), 24 de Diciembre de 2025
Avance de la derecha entre varones y tendencia progresista entre mujeres: más jóvenes de izquierda pero más voto para la extrema-derecha.

Fuente: Txo / Wikimedia commons / CC BY-SA 4.0
Vox se sitúa como la primera preferencia de las personas menores de 34 años, a causa del peso de la extrema derecha entre los varones jóvenes. No obstante, la identificación con la izquierda supera a la identificación con la derecha en el conjunto de las personas jóvenes, por una mayor tendencia progresista femenina. Este artículo intenta realizar un análisis del voto y la ideología de las personas más jóvenes.
Como el lector habrá observado, el titular evita conclusiones precipitadas, aunque el tema se presta a ello. En este artículo se opta por una lectura pausada por varias razones: es un fenómeno complejo, en evolución y con datos a veces contradictorios. Aun así, hay algunas conclusiones en las que coinciden la mayor parte de los estudios.
Partimos de los datos del barómetro del CIS de julio de 2025. Se trata de un mes convulso tras destaparse importantes casos de corrupción que afectan al PSOE y al PP. El momento concreto en que se realizan los estudios influye sin duda en los resultados, por lo que no podemos tomar los datos como una foto fija. Con estas cautelas, los datos resultan interesantes por dos cuestiones. Primero, por el tamaño de la muestra: 4.018 entrevistas obtenidas por una selección aleatoria de teléfonos fijos y móviles, con un error muestral de ±1,6% para el conjunto de la muestra. Esto permite contar con más de 300 casos en los grupos más jóvenes (ver nota adjunta). Segundo, porque los resultados coinciden con otras encuestas, como la macroencuesta del CIS de marzo de este año.
Varones jóvenes: más a la derecha y con fuerte arrastre de Vox
Es un dato evidente que entre los jóvenes varones (entre 18 y 34 años) el apoyo a la extrema derecha es significativamente mayor que en el conjunto de la población. Esto se observa en el voto a Vox, que en el barómetro de julio supera el 30% si sumamos intención directa y simpatía. En general, los varones jóvenes son más conservadores, algo que se refleja en que más del 40% se sitúa en las posiciones más a la derecha de la escala de autoubicación ideológica (entre el 7 y el 10), frente a menos del 30% en el conjunto de la población y el 25% entre los hombres mayores de 34 años. Esta característica de los varones jóvenes hace que el conjunto de la población menor de 35 años se escore a la derecha, como puede observarse en los datos.
El 56% de las mujeres de 18 a 24 años y el 44% de las mujeres entre 25 y 34 se sitúan en la izquierda. Pero esto no se traduce en una amplia mayoría de voto a la izquierda
Mujeres jóvenes: avance progresista
Las mujeres jóvenes no siguen esa tendencia. En general, se sitúan más a la izquierda que las mujeres de mayor edad, aunque la diferencia no es tan marcada como la que se observa entre varones jóvenes y mayores. Según el barómetro de julio, el 56% de las mujeres de 18 a 24 años y el 44% de las mujeres entre 25 y 34 se sitúan en la izquierda. Pero esto no se traduce en una amplia mayoría de voto a la izquierda, de hecho Vox y el PP son las opciones votadas por las mujeres de entre 25 y 34 años, aunque con una ligera ventaja.
Tendencia global: más jóvenes de izquierda pero más desmovilizados electoralmente
Con todo, el balance general de la juventud —medido por autoubicación ideológica— sigue siendo ligeramente favorable a la izquierda. Entre las personas de 18 a 24 años, la autoubicación en la izquierda alcanza el 42%, frente al 35% en la derecha; entre los 25 y 34, la relación es del 36% frente al 34%. El cuadro agregado, por tanto, combina dos fuerzas: el sesgo conservador masculino y la inclinación progresista femenina.
No se detecta un problema de desafección hacia la política entre la juventud, al menos en términos de autoubicación o voto. Tampoco una desmovilización electoral superior a la de otros grupos de edad
No se detecta un problema específico de desafección hacia la política entre la juventud, al menos en términos de autoubicación o voto. De hecho, las personas más jóvenes declaran identidades políticas más definidas en la escala izquierda–derecha. Tampoco se observa una desmovilización electoral superior a la de otros grupos de edad.
Sí aparece, sin embargo, una desmovilización en el campo de la izquierda, lo que hace que los datos de voto parezcan peores para el bloque progresista que los datos de autoubicación.
No hay una “derechización global” de la juventud: matices comparados
La tendencia a la derechización de la juventud no es un fenómeno global. En elecciones recientes, como en Alemania, Francia, Estados Unidos o Reino Unido, se han visto como las personas jóvenes se inclinan hacia opciones de izquierda. Lo que sí parece una tendencia en países desarrollados es que las mujeres jóvenes son significativamente más progresistas que los varones jóvenes. Ahora bien, esto no significa que los varones jóvenes sean siempre más de derechas que el resto de varones: en la mayoría de las elecciones recientes se observan matices y variaciones.
Un grupo heterogéneo: género, territorio y clase
Conviene recordar que el grupo joven es heterogéneo, como cualquier otro grupo social. Aquí observamos diferencias por género, pero también podríamos analizar contrastes por región o por clase social. Estas brechas ayudan a entender por qué una lectura gruesa puede ocultar realidades diversas bajo un mismo rótulo generacional.
Pistas para interpretar (no para sentenciar)
¿Qué conclusiones podemos extraer en términos de acción política? Este es un análisis somero, cabe señalar algunos puntos: No hay una tendencia general e inamovible hacia la derecha. Entre las mujeres jóvenes se observa un giro a la izquierda. En general, se trata de un fenómeno variable y no irreversible. De hecho, hablamos de grupos electoralmente volátiles y en construcción. No olvidemos que la juventud fue fundamental para la derrota de la derecha en las elecciones generales de 2023.
Sí podemos identificar una crisis de representación entre varones jóvenes de izquierda. Una parte considerable de estos varones, tienden más a valores y organizaciones de derechas. Es una cuestión a estudiar y a intervenir.
Mientras la derecha multiplica canales, la izquierda mimetiza estos formatos con poco éxito y descuida formas de movilización más colectivas
Una cuestión muy importante que ayuda a entender las tendencias que encontramos en España, muy diferentes a la de países de nuestro entorno, es el efecto del ciclo político en España. La tendencia a la derecha es mayor en un contexto con gobierno progresista. No es extraño: los grupos más jóvenes afrontan precariedad laboral y dificultades de acceso a la vivienda, y pueden responsabilizar al gobierno. Son problemas estructurales que también sufrieron generaciones anteriores cuando eran jóvenes, pero esto no puede servir de excusa para no entender la indignación que generan. Por último, sería necesario tener en cuenta la debilidad de las organizaciones juveniles de izquierdas. Sin idealizar el pasado, pues la militancia siempre fue minoritaria, su capacidad de movilización era mayor. Derecha e izquierda cuentan con formas y medios distintos para llegar a sus bases. Mientras la derecha multiplica canales, la izquierda mimetiza estos formatos con poco éxito y descuida formas de movilización más colectivas. Se observa una tendencia a la individualización, la institucionalización y la burocratización de la práctica política en las organizaciones de izquierdas, también en las juveniles.
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CONSEJO PARA LEER UNA ENCUESTA: ¿DE CUÁNTOS CASOS ESTAMOS HABLANDO?
Como usted sabe, en una encuesta una de las primeras cosas que debemos mirar es el tamaño de la muestra y el tipo de muestreo. El tipo de muestreo, y la forma de recogida de los datos, nos indican si la muestra es representativa o si incluye algún sesgo. El tamaño de la muestra se relaciona con el margen de error de los datos: a mayor muestra, mayor exactitud. Por eso, todas las encuestas presentan una pequeña ficha técnica con estos datos. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que, cuando observamos los datos de un grupo (por ejemplo, las personas entre 18 y 24 años), hay que preguntar cuál es la muestra de ese grupo. ¿Por qué? Porque al reducir la muestra, el error muestral aumenta. Si con una muestra de 1.500 el error muestral es de ±2,6 %, con una submuestra de 100 el error escala a ±10 %. Por esta razón, las empresas confiables siempre puntualizan que el error muestral de la encuesta es “para el conjunto de la muestra”. Cuando analizamos un grupo, por ejemplo, las personas entre 18 y 24 años, debemos tener en cuenta que en la mayoría de las encuestas hablamos de una submuestra muy reducida, de entre 50 y 150 personas. ¿Nos fiaríamos de una encuesta con 50 o 150 casos? Sin embargo, continuamente vemos titulares y análisis sensacionalistas sobre las personas entre 18 y 24 años cuando la encuesta solo cuenta con entre 50 y 150 casos de ese grupo.



(*) Profesor de sociología de la Universidad de Córdoba
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