Begoña P. Ramírez (PÚBLICO), 4 de Diciembre de 2025
- El grupo francés Vivalto Santé es el dueño de Ribera Salud, cuyo consejero delegado instó a los directivos del Hospital de Torrejón a rechazar pacientes e intervenciones poco rentables.
- La filial española, que facturó 792 millones de euros en 2024, compró ese año ocho centros sanitarios en Aragón, Asturias, Galicia y Comunidad Valenciana.

Pablo Gallart es el consejero delegado de Ribera Salud desde el pasado mes de mayo, cuando su dueño, el gigante francés Vivalto Santé, despidió a Alberto de Rosa, el fundador y alma mater del grupo que, con el llamado modelo Alzira, había patentado en España la colaboración público-privada en la sanidad. Ese modelo es el que Ribera Salud exportó a Madrid levantando y gestionando el Hospital de Torrejón, donde Gallart instó el pasado septiembre a los directivos del centro a hacer menos operaciones y rechazar pacientes o intervenciones menos rentables, aumentando así las listas de espera. Lo que sea necesario para alcanzar un Ebitda (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) de «cuatro o cinco millones [de euros]», apuntó.
En la reunión, a cuyo contenido tuvo acceso El País, Pablo Gallart instó a los mandos del hospital a «desandar el camino» que habían hecho en 2022 y 2023, cuando tras la epidemia de covid consiguieron bajar el número de pacientes pendientes de una intervención. «Todos sabéis que la elasticidad de la cuenta de resultados a la lista de espera es directa», concedió.
El Hospital de Torrejón es un centro público, aunque lo gestiona Ribera Salud en virtud de una concesión de 30 años. Fue inaugurado en 2011 y da servicio a una población de unos 150.000 habitantes de la zona este de Madrid, aunque también debe atender a cualquier paciente de otras áreas de la comunidad en virtud del sistema de libre elección sanitaria implantado por Esperanza Aguirre.
Con este mismo sistema Ribera Salud gestiona otros tres hospitales: el Hospital Ribera Povisa, en Vigo; el Hospital Ribera Polusa, en Lugo; y el Hospital de Vinalopó, en Alicante. Pero llegó a tener otros cuatro más en su cartera: los de Alzira (Valencia), Torrevieja y Manises (Alicante), y el Hospital Marina Salud, en Dénia (Valencia). Todos estos del País Valencià volvieron a la gestión pública 100% por decisión del Gobierno del socialista Ximo Puig a partir de 2020.
Pero esa pérdida no hizo mella en el grupo fundado por Alberto de Rosa, que, de hecho, se ha convertido en el segundo de la sanidad privada por facturación sólo por detrás de Quirón. En 2023, último año del que ha publicado resultados, Ribera Salud cerró con una cifra de negocio de 792 millones de euros, según figura en el informe financiero publicado por Vivalto Santé en su página web. Y lo ha conseguido tras una rápida expansión a base de compras de hospitales, clínicas y todo tipo de establecimientos sanitarios, desde clínicas dentales hasta centros de diagnóstico por imagen. Sólo en 2024 adquirió el Hospital HC Miraflores y dos policlínicas en Zaragoza, el Hospital de Covadonga y una policlínica más en Gijón, el centro médico Assistens en A Coruña, la policlínica Ribera Polusa Viveiro (Lugo) y el centro médico Pasarela, en L’Eliana (Valencia). Ocho centros sanitarios.
En total, Ribera Salud posee toda una red de 69 sociedades repartidas por Galicia, Asturias, Madrid, Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia y Extremadura, a los que se añaden otras tres en Portugal –Galo Saúde Parcerías Cascais, Ribera Care Portugal, Laboratòrio Dra. Joana Vicente–. También ha creado una fundación, tiene una empresa tecnológica llamada Futurs y su propia división de laboratorios, Ribera Lab. Incluso ha asesorado, como experto en este sistema de gestión, al Gobierno de Kuwait para construir el segundo hospital público-privado del emirato.
En España su plantilla asciende a 6.233 trabajadores, casi una tercera parte de los 20.457 empleados de Vivalto Santé. Es, por tanto, su segundo mercado después de Francia. Aquí también posee una filial, Vivalto Vié Spain que, tras comprar Gero Residencias Solimar en 2020, gestiona más de 1.200 plazas en siete centros de mayores en la Comunidad Valenciana. Además, el grupo tiene negocio en Portugal –14 sociedades además de las tres gestionadas por Ribera Salud–, Chequia y Eslovaquia –19 sociedades entre ambos países– y Suiza –ocho sociedades–. En 2024 facturó 2.747 millones de euros y tuvo 57,9 millones de beneficios gracias a los 105 hospitales y clínicas que posee.
Vivalto Santé presume de su modelo de gestión en Francia, que denomina «tercera vía»: el 30% de su capital está en manos de los médicos que trabajan en el grupo, lo que les permite participar en la toma de decisiones, asegura. Allí son profesionales autónomos, no existe relación laboral con ellos. Otro tanto ocurre en Portugal con el personal de enfermería. En Francia, los enfermeros suelen ser trabajadores temporales, según explica el grupo en su informe financiero.
De Alberto de Rosa a Daniel Caille
Vivalto Santé fue creado en 2009 por Daniel Caille, un ejecutivo que pasó de la empresa pública de correos francesa a fundar en 1987 La Générale de Santé, gestor sanitario privado que se reconvirtió en Ramsay Générale tras ser adquirida por la británica Ramsay Health Care y Crédit Agricole. Caille ha presidido Vivalto Santé hasta que en 2022 dejó la presidencia del grupo y pasó a encabezar su Consejo de Supervisión. Entonces fue nombrado consejero delegado Emmanuel de Geuser, que es quien ahora lleva las riendas de Ribera Salud desde Francia, en sustitución del fundador Alberto de Rosa.
Pablo Gallart, consejero delegado desde mayo, era el director financiero de De Rosa, quien llevó con mano firme el grupo desde su creación, en 1997, y conservó la presidencia pese a los sucesivos cambios de propietarios. Porque Ribera Salud comenzó siendo una sociedad de Bancaja y la Caja de Ahorros del Mediterráneo, a las que se llevó por delante la crisis financiera de 2008, para pasar luego a manos de Banco Sabadell y Bankia. En 2014 Bankia vendió su 50% a Centene Corporation, una multinacional sanitaria estadounidense, a la que en 2019 Sabadell le colocó su 40%. De Rosa siguió al frente también cuando en 2022 Vivalto Santé compró el 75% de Ribera Salud. El resto de las acciones las adquirieron el propio Alberto de Rosa, Pablo Gallart, Elisa Tarazona –quien fue consejera delegada hasta el pasado mayo– y Santiago Delgado –director de Estrategia y consejero–.
Además de por su papel fundacional en el modelo de colaboración público-privada sanitaria, De Rosa cobró protagonismo mediático por querellarse contra Mónica Oltra por unas declaraciones en el programa Salvados de La Sexta, y por contratar en el Hospital de Torrevieja, cuando aún pertenecía a Ribera Salud, a la menor que había denunciado al exmarido de la política valenciana.
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