MR Online, 24 de Noviembre de 2025

La dialéctica inmanente del filósofo materialista griego Epicuro (341-270 a. C.) inspiró las ideas decimonónicas de Karl Marx, tema de su tesis doctoral. El estudio detallado que Marx realizó de Epicuro lo llevó a desarrollar su propia dialéctica materialista, en contraposición a la filosofía idealista de G. W. F. Hegel. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha realizado un análisis académico exhaustivo de la relación entre Epicuro y Marx, prestando la misma atención a ambos pensadores y examinando el impacto a largo plazo del epicureísmo en el pensamiento marxista.
Rompiendo los lazos del destino: Epicuro y Marx llena este vacío. Considerando la revolución actual en la comprensión de Epicuro —resultante del hallazgo de fragmentos de su obra principal, Sobre la naturaleza, en los papiros carbonizados que sobrevivieron al enterramiento en cenizas volcánicas de la ciudad romana de Herculano tras la erupción del Vesubio en el año 79 d. C.—, se demuestra que esta nueva interpretación se corresponde estrechamente con el tratamiento que Marx dio a Epicuro en el siglo XIX. El resultado es una transformación fundamental de nuestra comprensión contemporánea tanto de Epicuro como de Marx.
El último (aunque lógicamente el primero) libro de una trilogía que también incluye » Ecología de Marx: Materialismo y Naturaleza» (2000) y » El Retorno de la Naturaleza: Socialismo y Ecología» (2020) de John Bellamy Foster, » Rompiendo los Vínculos del Destino: Epicuro y Marx» ofrece un detallado análisis histórico y textual que fundamenta el argumento de las tres obras. Esto no solo aclara la relación de Marx con el materialismo y la ecología, sino también su análisis de la libertad y la necesidad. Tanto la filosofía de Epicuro como la de Marx adquieren un nuevo significado en nuestra época, destacando cuestiones de igualdad sustantiva, naturalismo dialéctico y comunidad sostenible.
Extraído de la Introducción
Praxis: antigua y moderna
En términos de praxis, o la dialéctica de la teoría y la práctica, la contribución de la filosofía de Epicuro se vio afectada por el hecho de que escribía en una época de un «imperio del caos» que surgió durante las Guerras de los Diádocos (o Sucesores) por el Imperio de Alejandro, y la consiguiente desaparición de la polis.9 Sin embargo, su énfasis en la libertad contingente supuso una ruptura importante con el fatalismo de su época. Si bien aconsejaba a sus seguidores que evitaran, en la medida de lo posible, cualquier involucramiento serio en la vida política de la época, también apoyaba la adopción de medidas directas en favor de amigos víctimas de injusticia. En un caso famoso, Epicuro y su seguidor Metrodoro intervinieron en apoyo de su amigo el sirio Mitres cuando este se encontraba encarcelado en El Pireo, lo que reflejaba que en la filosofía epicúrea la distinción entre griego y «bárbaro» se había disuelto. Epicuro era conocido por proporcionar ayuda, en forma de fanegas de comida, de sus limitados recursos, a quienes se encontraban en apuros.10 En general, la praxis social promovida por Epicuro, en la época helenística, desafió la religión estatal (astral), acompañada de una relación relativamente distante con la propia polis, centrándose en cambio en la creación de comunidades autosuficientes basadas en la amistad, la reconciliación entre la humanidad y la naturaleza, el igualitarismo y la ataraxia (satisfacción). El énfasis estaba en el desarrollo humano interno, el cultivo de la filosofía y una atmósfera de reciprocidad e intercambio mutuo.<sup>11</sup> «Nada es suficiente», escribió Epicuro, «para quienes lo suficiente es demasiado poco».<sup>12</sup>
La importancia de Epicuro y el epicureísmo para la comprensión del materialismo histórico clásico y para la renovación del marxismo actual debería ser evidente. La unilateral tradición filosófica marxista occidental, a pesar de sus inmensas contribuciones, se basó desde sus inicios en la década de 1920 en el rechazo de la dialéctica materialista, o la dialéctica de la naturaleza, y por ende, de las ciencias naturales. Esto se tradujo en la negación de cualquier concepción materialista significativa de la naturaleza. Sin embargo, sin una perspectiva materialista profunda es imposible percibir la relación de la humanidad con la naturaleza, de la que formamos parte. En términos del análisis posterior de Marx, esto requiere reconocer cómo el proceso de trabajo y producción constituye el «metabolismo social» humano específico dentro del «metabolismo universal de la naturaleza». La relación entre la libertad y la necesidad, peculiar de nuestro tiempo, exige una perspectiva dialéctica que se niegue a separar la naturaleza de la sociedad, al tiempo que reconoce las contradicciones impuestas por el capitalismo al respecto.<sup>13</sup>
En cualquier intento de abordar el materialismo de Marx, su «exposición genética» de la filosofía de Epicuro, que explora su «lógica objetiva», es de importancia decisiva dada su relación genética con su propio materialismo y método dialéctico.<sup>14</sup> La reducción del materialismo histórico a una dialéctica puramente social, excluyendo el ámbito natural-material, ha despojado a la teoría marxista de su fundamento, incluyendo cualquier comprensión de la relación entre libertad y necesidad. El resultado es negar la concepción más amplia de la lucha revolucionaria como objetivo de la creación de una sociedad de desarrollo humano sostenible…
John Bellamy Foster es editor de Monthly Review y profesor emérito de la Universidad de Oregón. Es autor de numerosas obras, la más reciente de las cuales es The Dialectics of Ecology: Socialism and Nature (2024).
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