Gaceta Crítica

Dean Baker (CEPR -Estados Unidos-), 24 de Noviembre de 2025

La idea de la guerra generacional es una tontería perniciosa. Se promueve sin cesar en los medios porque los ricos prefieren ver a sus hijos arremetiendo contra sus padres que contra ellos. Y como los ricos son dueños de los medios, oímos hablar mucho de la desigualdad generacional. El Washington Post de Jeff Bezos nos presentó el último ejemplo de belicismo generacional.  

Solo para dar algunos datos básicos indiscutibles, el país se enriquece año tras año. Según las proyecciones de los Fideicomisarios de la Seguridad Social, se proyecta que el ingreso per cápita será un 15,4 % mayor en 2035, un 32,6 % mayor en 2045 y un 54,3 % mayor en 2055, cuando prácticamente todos los baby boomers habrán fallecido. 

Dado que la generación del baby boom, en su mayoría, no participará en estos mayores niveles de consumo, ¿quiénes creen los guerreros generacionales que recibirán estos ingresos? Cabe mencionar que estas proyecciones de crecimiento de los ingresos podrían resultar muy conservadoras. Si la IA tiene un impacto cercano al que afirman sus defensores, el ingreso per cápita crecerá mucho más de lo que proyectan los administradores de la Seguridad Social. 

Dado el hecho indiscutible de que el país se está enriqueciendo, ¿cómo puede haber una historia donde las generaciones X, Millennials y Z sean, en promedio, más pobres que los baby boomers? Existe una historia donde a las generaciones les puede ir peor con el tiempo, pero esa sería una historia de desigualdad intrageneracional, no intergeneracional. 

El problema no son los baby boomers codiciosos, sino gente increíblemente rica como Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg que acaparan la riqueza del país para su propio beneficio y el de sus herederos. Es menos probable que la gente vea esta historia porque estos súper ricos son los dueños de los principales medios de comunicación y las plataformas de redes sociales, pero esa es la realidad.

Dados estos hechos simples e innegables, es sorprendente la frecuencia con la que vemos este disparate sobre la desigualdad generacional. Como en este artículo, a menudo invocan mentiras descaradas para justificar sus argumentos. Por ejemplo, este artículo les dice a los lectores:

“Los baby boomers se incorporaron al mercado laboral durante décadas de fuerte crecimiento económico, aumento de la productividad y salarios reales relativamente altos”, afirmó Mitchell. Añadió que se encontraban en sus mejores años de ingresos y ahorros durante largos mercados alcistas, concretamente en las décadas de 1980 y 1990, así como durante la recuperación económica posterior a la Gran Recesión.

“Y ‘particularmente para los trabajadores de ingresos medios, los aumentos salariales reales desde la década de 2000 han sido modestos, en comparación con el sólido crecimiento salarial del que se beneficiaron los baby boomers a mitad de su carrera’, dijo Mitchell”.

“Después de la Segunda Guerra Mundial, se produjo un auge enorme del que muchos pudieron disfrutar durante mucho tiempo”, afirmó Ney. [Jeremy Ney, profesor de la escuela de negocios de la Universidad de Columbia].

Esto pone la realidad patas arriba. Como escribí en un artículo el mes pasado:

De hecho, hubo una época dorada, pero fue anterior a la entrada de la mayoría de los baby boomers al mercado laboral. La economía experimentó un período de bajo desempleo y rápido crecimiento de los salarios reales, ampliamente compartido, de 1947 a 1973. Al final de este período de auge, los baby boomers mayores tenían 27 años y los más jóvenes, 9. 

Después de 1973, la economía empeoró drásticamente. La causa más inmediata fue el embargo petrolero árabe, que disparó los precios del petróleo. La economía en aquel entonces dependía mucho más del petróleo que hoy. El alza de los precios del petróleo disparó la inflación, lo que llevó a la Reserva Federal a provocar graves recesiones, primero en 1974-75 y luego en 1980-82. 

La historia completa es más compleja y muy controvertida, pero lo que le ocurrió a la economía no lo es. Tuvimos un período de desempleo mucho mayor y estancamiento del crecimiento salarial real que duró hasta mediados de la década de 1990. El salario real medio en 1996 fue, de hecho, un 4,4 % inferior al de 1973. 

La tasa promedio de desempleo para las personas de entre 20 y 24 años entre 1973 y 1988 (cuando el último baby boomer cumplió 24 años) fue del 11,3 %. En comparación, promedió el 7,2 % durante la última década, aunque ha aumentado rápidamente en 2025.

Después de estancarse durante dos décadas, el salario real medio ha estado aumentando modestamente durante las últimas tres décadas.   

Finalmente, el artículo incluye este comentario inadvertidamente condenatorio para el argumento que intenta transmitir a los lectores.

“En 1940, había un 90 % de posibilidades de ganar más que tus padres. Para alguien nacido hoy, es como una moneda al aire”, dijo Ney.

Dado que el ingreso promedio ha aumentado de forma constante durante los últimos setenta años y se prevé que seguirá aumentando (salvo un desastre climático), la única razón por la que la mayoría de los trabajadores no ganarían más que sus padres sería un mayor aumento de la desigualdad. En otras palabras, más dinero para personas como Jeff Bezos, el dueño del Washington Post, y menos para los trabajadores comunes. 

Si no aumenta aún más la desigualdad, la mayoría de los trabajadores en diez o veinte años ganarán considerablemente más que los trabajadores actuales. Esa es una lógica irrefutable, que aparentemente no tiene cabida en el Washington Post ni en las redes de Zuckerberg y Musk.