Atilio Boron -sociólogo marxista argentino- (Blog del autor), 18 de Noviembre de 2025

Mientras el mundo mira para otro lado, dos países latinoamericanos acaban de tomar decisiones que van a definir el futuro de la región.
Y no estoy exagerando.
Chile ha comenzado su proceso de Elecciones Presidenciales. Pero esto no es una elección más. Es la continuación de un estallido social que en 2019 hizo temblar todo. El pueblo sigue preguntándose lo mismo: ¿seguimos con el modelo neoliberal que heredamos de Pinochet, o nos animamos a construir otro Chile posible?
Porque sí, Chile es el país donde un dictador escribió la Constitución, donde el agua es un negocio, donde estudiar te endeuda de por vida y jubilarte es sinónimo de miseria. Esta elección no es solo de Chile. Es una señal para toda América Latina.
Ecuador dijo NO . Y cuando un pueblo dice NO con tanta contundencia, algo se rompió.
El domingo 16 de noviembre, más de 13 millones de ecuatorianos rechazaron las cuatro propuestas del presidente Noboa: bases militares extranjeras, nueva Constitución, recorte de legisladores y fin del financiamiento a partidos. El NO ganó por amplia mayoría.
Noboa quería permitir que fuerzas militares extranjeras —léase Estados Unidos— instalaran bases en suelo ecuatoriano. La misma lógica de siempre: entregar soberanía a cambio de «seguridad». Pero el pueblo ecuatoriano no olvidó. En 2008 prohibieron las bases extranjeras en su Constitución. Y esa memoria sigue viva.
¿Qué tienen en común Chile y Ecuador?
Que están votando sobre lo mismo que toda América Latina se pregunta en voz baja: ¿hasta cuándo vamos a sostener modelos que nos empobrecen? ¿Hasta cuándo vamos a creer que la solución viene de afuera?
Y aquí viene la pregunta incómoda: ¿qué entendemos realmente por democracia cuando las decisiones del pueblo se enfrentan a los intereses del poder?
Porque estos procesos nos obligan a revisar nuestras propias certezas. A preguntarnos si lo que llamamos «democracia» es realmente gobierno del pueblo, o si es apenas una forma elegante de administrar el mismo modelo de siempre.
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