Gaceta Crítica

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Ecuador votó a favor de defender su constitución progresista y prohíbe las bases militares extranjeras.

Eleanora Piergallini (CEPR), 17 de noviembre de 2025

Sorprendentemente, los ecuatorianos rechazaron las cuatro preguntas del referéndum impulsado por el presidente Noboa. Además de la Pregunta B, sobre la reducción del financiamiento público a los partidos políticos, y la Pregunta C, sobre la disminución del número de miembros de la Asamblea Nacional, los ecuatorianos también votaron en contra de la Pregunta A, sobre la reintroducción de bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano, y la Pregunta D, sobre la convocatoria de una asamblea para redactar una nueva constitución. De esta manera, los ecuatorianos optaron por mantener la constitución progresista de 2008.

Según los resultados preliminares del Consejo Nacional Electoral, el 60,29% votó “No” a la Pregunta A y el 61,44% a la Pregunta D, bloqueando el intento de Noboa de reafirmar la prohibición nacional de larga data sobre la presencia militar extranjera y de redactar una nueva constitución.

La Constitución de Ecuador de 2008 es ampliamente conocida por prohibir el arbitraje entre inversionistas y Estados en los tratados internacionales, por consagrar los derechos de la naturaleza, por una sólida protección laboral y por dar prioridad a las empresas estatales en la gestión de los recursos naturales y los sectores estratégicos. 

Noboa intentó eliminar varias de estas disposiciones mediante un referéndum en abril de 2024, pero no logró la aprobación de los votantes. Con la Pregunta D, buscó intentarlo de nuevo —e incluso ir más allá— proponiendo una reforma constitucional que muchos temían que beneficiaría a la élite ecuatoriana a expensas de la clase trabajadora, las comunidades indígenas y el medio ambiente. Los votantes reconocieron la importancia y el valor de los amplios derechos consagrados en la Constitución de 2008 y rechazaron las afirmaciones alarmistas de Noboa, quien sostenía que el marco actual fomenta la delincuencia y obstaculiza el crecimiento económico.

Los votantes ecuatorianos también enviaron un mensaje claro al rechazar la propuesta estrella de reforma constitucional del presidente Noboa, que permitía el establecimiento de bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano. 

El resultado representa un duro revés para la gestión del presidente en el tema más importante para los votantes: la creciente violencia e inseguridad en Ecuador. Con 2025 perfilándose como el año más violento jamás registrado y una tasa de homicidios que superará los 50 por cada 100.000 habitantes, Noboa no ha logrado resultados concretos en su “guerra interna” contra el crimen.

La reforma propuesta para repatriar bases militares extranjeras —en particular estadounidenses— ha sido el eje central de la estrategia militarizada de Noboa para abordar la creciente crisis de seguridad en Ecuador. La semana pasada, un informe del International Crisis Group criticó las políticas de seguridad de Noboa por no haber dado resultados positivos y por la improbabilidad de que tengan éxito en el futuro próximo, afirmando que « la represión ha hecho poco por combatir el narcotráfico y, al parecer, ha fomentado una ola de violaciones de derechos humanos». Varias organizaciones de derechos humanos también han denunciado el marcado aumento de la tortura, las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones a manos de las fuerzas de seguridad.

Además, al invitar a la participación militar directa de Estados Unidos y a su presencia permanente en bases militares —presentada como una alianza para combatir el narcotráfico y el crimen organizado—, Noboa ha vinculado la seguridad y la soberanía del país a las ambiciones regionales de Washington. El voto en contra de hoy, por lo tanto, subraya el malestar generalizado de la ciudadanía con este enfoque y refleja el escepticismo del pueblo ecuatoriano hacia la fuerte dependencia del gobierno del apoyo de la administración Trump. En términos más generales, esta votación plantea interrogantes sobre los efectos y la popularidad del acercamiento y la cooperación en materia de seguridad entre Ecuador y Estados Unidos en los últimos años, que incluyen, entre otros acuerdos, un Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas firmado en 2023 que permite la presencia de fuerzas estadounidenses en Ecuador y les otorga inmunidad.

Organizaciones ciudadanas se opusieron firmemente a la presencia militar estadounidense en las islas Galápagos. La NOBOA autorizó la presencia de buques de guerra y aviones estadounidenses, así como inmunidad para el personal militar estadounidense en las islas, desde diciembre de 2024.   

El voto por el “No” también señala una afirmación más amplia de la soberanía ecuatoriana ante la creciente presencia militar estadounidense en América Latina y el Caribe. No debe pasar desapercibido que, mientras Estados Unidos emprende su mayor despliegue militar en el hemisferio occidental en décadas, oficialmente para combatir el narcotráfico, los votantes ecuatorianos han optado por distanciarse de la creciente militarización de la llamada Guerra contra las Drogas, una campaña que, en toda la región, ha generado violaciones de derechos humanos, víctimas civiles y escaso éxito en la lucha contra el narcotráfico. Al rechazar la propuesta de la base, los votantes han reafirmado el compromiso de Ecuador con la independencia, la paz y la cooperación regional basada en soluciones civiles, no militares.

El voto en contra de la reintroducción de bases militares extranjeras revela un profundo descontento del electorado con las políticas de seguridad del gobierno y dudas sobre la agenda de seguridad y política exterior del presidente Noboa. Se trata, hasta la fecha, de la mayor derrota electoral del gobierno de Noboa.

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