Luca Tancredi Barone (IL MANIFESTO -Italia-) 17 de septiembre de 2025
Sánchez se puso totalmente del lado de los manifestantes, aunque su propio ministro del Interior había desplegado 2.500 policías para reprimir las manifestaciones. España, «la única que salva el honor de Europa».
España se ha convertido una vez más en un foco de protestas contra el genocidio en Palestina, esta vez con el respaldo explícito del gobierno del presidente Pedro Sánchez. Tras la interrupción de la Vuelta a España el domingo en Madrid, inundada por decenas de miles de manifestantes que coreaban «Boicot a Israel» y «El ganador de la Vuelta es Palestina», el presidente español se reunió el lunes con sus diputados socialistas. En la reunión, defendió el papel de la sociedad civil española como abanderada mundial de las protestas contra las atrocidades cometidas por el gobierno israelí.
Sánchez apoyó plenamente a los manifestantes, aunque su propio ministro del Interior había desplegado 2.500 policías para reprimir las manifestaciones, que terminaron con al menos dos arrestos, numerosas cargas con porras y el uso indiscriminado de bombas de humo. «Las organizaciones deportivas deben evaluar si es ético que Israel siga participando en competiciones internacionales. ¿Por qué expulsaron a Rusia tras la invasión de Ucrania, pero no a Israel tras la invasión de Gaza?», dijo, entre aplausos de los miembros de su partido. «El debate sobre lo ocurrido en Madrid debería crecer y llegar a todo el mundo», añadió.
“Por supuesto, siempre rechazamos la violencia. Sentimos una profunda admiración y respeto por nuestros atletas, por los ciclistas de la Vuelta. Por eso, su seguridad fue prioritaria el domingo”, declaró. “Pero también sentimos un inmenso respeto y una profunda admiración por la sociedad civil española, que se moviliza contra la injusticia y defiende pacíficamente sus ideas”.
Recordando que España reconoció el Estado de Palestina hace un año –y señalando que se espera que otros países importantes como Australia, Canadá, Reino Unido, Francia y Bélgica hagan lo mismo en la próxima Asamblea General de la ONU–, concluyó haciendo referencia al ex primer ministro francés Dominique de Villepin, quien dijo la semana pasada que España es “la única que salva el honor de Europa”.
Mientras tanto, el Partido Popular y Vox arremeten contra el gobierno, acusándolo de incitar a la violencia y dañar la imagen de España en el exterior, en concreto la de la capital, bastión de la derecha durante décadas. La presidenta conservadora de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, llegó incluso a fotografiarse con el equipo ciclista israelí, propiedad de un multimillonario sionista y amigo personal de Benjamin Netanyahu, quien defiende las acciones del ejército israelí en Gaza. Era este equipo el objetivo de los manifestantes el domingo.
Gracias a la presión pública, el tema también ocupa un lugar destacado en la agenda de las altas esferas de la televisión estatal. El martes, el presidente de Radiotelevisión Española (RTVE) planteó ante la junta directiva la cuestión de la participación del país en la próxima edición de Eurovisión para su debate. Irlanda, Países Bajos, Eslovenia e Islandia ya han decidido boicotear la edición de 2026 del certamen musical en Viena si la Unión Europea de Radiodifusión (UER) permite la participación de Israel, y ahora España debe tomar una decisión al respecto. Rusia tiene prohibida la participación desde su invasión de Ucrania en 2022. Este año, surgió la polémica sobre los patrones de televoto vinculados a Israel, que sorprendentemente llevaron a su concursante al borde de la victoria. España es uno de los «Cinco Grandes» de Eurovisión (junto con Alemania, Francia, Reino Unido e Italia), y su postura podría influir también en otros países. Se rumoreaba que unos diez de los quince miembros de la junta designados políticamente se inclinaban por apoyar un boicot. El consejo de administración de RTVE votó este martes a favor de retirar a España de la edición 2026 de Eurovisión si Israel participa, convirtiéndose en el primer país de los “Big Five” en hacerlo.
El mundo cultural español también ha tomado partido. En la gala de los Premios Emmy en Los Ángeles, Javier Bardem lució una keffiyeh y habló explícitamente sobre el genocidio en Palestina, declarando a la prensa: «No podemos apartar la mirada cuando un genocidio ocurre en directo en nuestras pantallas». Mientras tanto, en la Puerta del Sol de Madrid, 300 artistas, entre ellos el reconocido director Pedro Almodóvar, dedicaron horas a leer los nombres de los 18.500 niños palestinos asesinados por Israel.
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