Gaceta Crítica

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La red eléctrica puede absorber el doble de la demanda nacional actual, en contra de lo manifestado gremialmente por las eléctricas.

Antonio Barrero (Energías Renovables), 12 de septiembre de 2025

La guerra de las redes está desatada. Las distribuidoras (Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP) han difundido esta mañana un comunicado en el que aseguran que el 83% de los nudos de la red de distribución de electricidad está saturado y en el que vienen a solicitar del Gobierno recursos económicos para ampliar sus redes. Y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha contestado un par de horas después revelando que «desde 2020 se ha otorgado el acceso a la red a peticiones suficientes para doblar la demanda nacional», es decir, que sí que habría hueco (y no saturación) para conectar la demanda que viene.

La red eléctrica puede absorber el doble de la demanda nacional actual

«Con relación a los datos sobre la capacidad de las redes eléctricas conocidos hoy -explica el Ministerio en el escueto comunicado que ha distribuido-, queremos trasladar los siguientes datos»: (1) se han otorgado 43.000 megavatios de capacidad para nuevas demandas de energía, «equivalentes a otra España entera» (entre los que se incluyen 12.000 megavatios de Centros de Procesamiento de Datos; 11.300 megavatios de proyectos industriales; 6.000 megavatios de planeamientos urbanísticos; 3.000 megavatios para hidrógeno; y 2.300 megavatios para infraestructura de recarga de vehículo eléctrico); y (2) el Ministerio ha aprobado «medidas para asegurar que el uso de las redes sea firme y evitar la especulación».

Porque ese -la especulación- parece ser el gran problema. Hace apenas unos meses, el Real Decreto-ley 8/2023, de 27 de diciembre, ya lo planteaba en su exposición de motivos.

«A lo largo de los últimos meses, a la vista de los datos facilitados por los gestores de las redes de transporte y distribución, se está observando un fuerte aumento de las peticiones de acceso a las redes para conectar nuevos consumos. Los principales solicitantes son instalaciones de producción de hidrógeno, centros de procesamiento de datos e instalaciones de almacenamiento. Al igual que ya sucedió con la generación en el periodo 2018 a 2020, se observa un crecimiento extraordinariamente rápido y que en algunos casos los proyectos comienzan a desarrollarse rápidamente, pero en otros no. Este eventual acaparamiento de permisos de acceso a la red para grandes consumos, unido a que los permisos de acceso de consumo no tienen una caducidad claramente definida aconsejan tomar medidas que permitan evitar el acaparamiento especulativo* de los mismos por proyectos que no tienen una clara visibilidad para su desarrollo»

«Por esta razón se introduce una nueva regulación que establece que, en los casos en que exista competencia por el acceso para demanda en un determinado nudo de la red de transporte, su adjudicación se realice mediante un procedimiento de concurso en el que se tengan en cuenta criterios de madurez de los proyectos, volumen de inversiones asociadas y contribución a la descarbonización de la demanda energética, entre otros. Además, con el mismo fin y un carácter más general, se introducen otras dos medidas, que son, por una parte, el establecimiento de garantías para los proyectos que se conecten a las redes de tensión igual o superior a 36 kV, es decir los grandes proyectos de consumo y, por otra parte, se establece la caducidad de los permisos de acceso y conexión si en el plazo de 5 años desde su obtención no se realiza un contrato técnico de acceso por una potencia equivalente de, al menos, el 50% de la capacidad de acceso del permiso. Para los permisos ya otorgados se establece un periodo transitorio para constituir las garantías necesarias y los plazos de caducidad comenzarán a computar desde la entrada en vigor del presente real decreto-ley»

Un agente solicita y consigue un permiso para conectar demanda (aunque no tiene detrás un proyecto). El  agente (especulador) guarda en el cajón ese permiso y, cuando aparece un industrial o un centro de datos que necesita conectarse a la red, el agente (especulador) le vende el permiso en cuestión. En resumen, especulación pura y dura: trabajan todos los actores (el agente que estudia si es posible o no esa conexión de nueva demanda, el agente que tramita administrativamente esa conexión y el promotor -que quiere montar por ejemplo una fábrica de neumáticos o una electrolinera-, todos trabajan… menos el especulador.

Energías Renovables ha entrevistado esta semana pasada, en exclusiva, al secretario de Estado de Energía, Joan Groizard. En el marco de esa entrevista, hemos planteado al SEE varias preguntas sobre el acceso de la demanda a las redes y sobre los problemas relacionados con la especulación. Adelantamos un fragmento de esa entrevista, que publicamos íntegramente en nuestra última edición en papel, ER244.

Pregunta ER. Las distribuidoras se quejan de que hay muchos megavatios de demanda que no pueden conectarse porque el Operador del Sistema, Red Eléctrica (REE) no se lo permite. ¿Por qué? O, ¿dónde está el problema?
Respuesta SEE Joan Groizard. Para empezar… yo diría que, antes que un problema, yo creo que esto refleja una enorme oportunidad. España se ha convertido en un país tremendamente atractivo para electrificar demanda existente, o para traer nueva demanda. Y es tremendamente atractivo gracias al enorme despliegue renovable que hemos tenido. Esa es una maravillosa noticia. Tenemos una cohorte muy importante, tenemos gigavatios, decenas de gigavatios, que han pedido conectarse a la red eléctrica que ya tienen ese permiso de conexión y que están avanzando con el desarrollo.

Es decir, que ese atractivo-país que teorizábamos al principio del Pniec se está convirtiendo en realidad. ¿Cuál es la cuestión? Pues que el nivel de apetito es tal que ha superado en muchos casos la capacidad nominal que hay disponible en algunos puntos de la red eléctrica.

Pregunta ER. ¿Y?
Respuesta SEE Joan Groizard. Pues que, habida cuenta de ello, ya hemos comenzado a trabajar varias cuestiones: la primera, asegurar que la red esté óptimamente utilizada. Toda nueva inversión en red hay que pagarla, lógicamente. Eso se paga en los peajes, y eso va a la factura eléctrica. Y lo que dice ACER [Agency for the Cooperation of Energy Regulators], el regulador europeo, es “oiga, primero de todo utilice mejor la red existente y luego ya valore cómo va a construir nueva red”.

Así que tenemos que aprovechar mejor la red existente. Y estamos trabajando ahí con medidas anti-especulación, como comentábamos antes: con permisos que caducan si no los utiliza quien los tiene, con compromisos sobre cómo voy a utilizar cada permiso de conexión; con concursos de acceso a la demanda (justo antes de verano arrancamos la concesión de los primeros 8 nudos de conexión a proyectos de demanda que competían entre sí para que esa capacidad limitada en esos nudos vaya al mejor proyecto posible y no simplemente al primero que lo solicita).

Es decir, una serie de medidas para asignar esa capacidad de la forma más óptima posible.

Dos: en el año 2024 se hizo una modificación puntual de la planificación de la red eléctrica para permitir conectar proyectos muy estratégicos para el país, proyectos industriales, proyectos de hidrógeno, proyectos que no se habían previsto al inicio de la planificación y que querían conectarse a la red, y ahí están pudiendo avanzar.

Tres: la nueva planificación a 2030 que tenemos que presentar muy pronto, la hemos estado trabajando, hemos recibido propuestas de todos los agentes y esa nueva planificación va a tener una orientación muy industrial. Es decir, que el consumo industrial es prioritario en esa planificación de la red a 2030.

Y por último, una reflexión sobre los límites de inversión en la red. Una cosa que piden distintos agentes es incrementar o replantear los límites de inversión. Ahí lo que entendemos es que no vale cualquier cosa, no vale simplemente eliminar el límite. Esas inversiones tienen que ir ligadas a asegurar que detrás vaya a haber demanda.

No me sirve de nada un polígono bien electrificado, pero vacío, sin demanda. No quiero invertir en infraestructura que vayamos a tener que pagar en la factura y minar esa competitividad que tengo por precios si eso no va a traer demanda.

Así que estamos analizando cómo reforzar toda la normativa ligada a la inversión en redes para tener eso en cuenta, con un paquete de medidas que hemos puesto en marcha y las que estamos trabajando que nos permite aprovechar esa oportunidad que, insisto, en parte ya está aquí.

Estamos ultimando muchas de estas cosas ahora, a la vuelta del verano.

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