People’s Dispatch, 30 de agosto de 2025
Decenas de pequeñas embarcaciones civiles que transportan activistas, parlamentarios, médicos y sindicalistas, así como carga humanitaria, se preparan para partir.

El Madleen antes de partir. (Tan Safi/Coalición de la Flotilla de la Libertad)
En julio de 2025, se lanzó una nueva iniciativa marítima internacional: la Flotilla Global Sumud. Fue formada por cuatro grandes coaliciones: la Campaña Global para el Retorno a Palestina, la Coalición de la Flotilla de la Libertad, el Convoy Sumud del Magreb y la Iniciativa Sumud Nusantara del Sudeste Asiático.
La Flotilla Global Sumud partirá el 31 de agosto. Su objetivo es claro: romper el bloqueo ilegal de Israel a Gaza, entregar ayuda humanitaria urgente y denunciar la guerra genocida que se libra contra los palestinos.
La flotilla está compuesta por docenas de pequeñas embarcaciones civiles que transportan activistas, parlamentarios, médicos y sindicalistas, además de carga humanitaria. Más de 39 delegaciones nacionales se han comprometido a participar, lo que convierte a esta en la mayor iniciativa marítima popular en solidaridad con Gaza desde el Mavi Marmara de 2010.
Detrás de cada pasajero de la flotilla se esconde una historia de convicciones. Sindicalistas griegos llevaron pancartas que prometían la solidaridad obrera con Palestina.
Médicos procedentes de España e Italia transportaban medicamentos vitales cuya entrada estaba prohibida en Gaza.
Los parlamentarios de Sudáfrica y Noruega insistieron en que romper el asedio es un deber moral y político.
Esta flotilla sigue a otras este año.
El Handala y el Madleen, dos buques insignia de la Flotilla de la Libertad, también zarparon en un intento de romper el bloqueo de Gaza. Sin embargo, fueron atacados por drones y asaltados por las fuerzas israelíes . Los pasajeros fueron golpeados, secuestrados y deportados.
Se confiscaron teléfonos, se interrogó a activistas y muchos iniciaron una huelga de hambre para protestar por su detención. El ataque no fue solo contra la Flotilla de la Libertad; fue un ataque al principio mismo de la solidaridad global.
La Flotilla Global Sumud insiste en que su misión es totalmente lícita según el derecho marítimo internacional. Los buques civiles que transportan ayuda humanitaria en aguas internacionales están protegidos por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. La interceptación del Handala y el Madleen por parte de Israel constituye nada menos que piratería y un crimen de guerra.
Los organizadores de la flotilla recuerdan al mundo que Israel mantiene un bloqueo terrestre, aéreo y marítimo sobre Gaza desde 2007. Mientras se preparaban para las próximas misiones, los portavoces de la flotilla declararon:
Nuestros barcos llevan más que ayuda. Llevan un mensaje: el asedio debe terminar. El mayor peligro no reside en enfrentarse a Israel en el mar, sino en permitir que el genocidio continúe impunemente.
Criminalizar la solidaridad, violar el derecho internacional
En los últimos meses, Israel ha intensificado su campaña para silenciar la solidaridad internacional con Palestina atacando a las flotillas civiles que intentan romper el bloqueo de Gaza.
Estos barcos, que transportan activistas, ayuda y un mensaje de desafío contra el asedio, se han convertido en símbolos de la resistencia global. En lugar de actuar mediante la diplomacia o respetar los principios humanitarios, Israel ha recurrido a la fuerza en alta mar, tratando las misiones civiles pacíficas como amenazas militares.

El Handala en Cobh, Irlanda, en junio de 2024. (Coalición de la Flotilla de la Libertad)
Los ataques contra el Handala y el Madleen son más que actos de piratería: constituyen graves violaciones del derecho internacional. La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM) garantiza la libertad de navegación en aguas internacionales. Al incautar buques fuera de su jurisdicción territorial, Israel ha actuado como un Estado delincuente.
Los expertos jurídicos internacionales han afirmado constantemente que el bloqueo de Gaza desde 2007 constituye un castigo colectivo, violando el Cuarto Convenio de Ginebra.
La Corte Penal Internacional ha recibido múltiples alegaciones que documentan el asedio hambrunista de Israel, ahora exacerbado por un genocidio manifiesto. Sin embargo, los gobiernos que invocan a viva voz el «orden basado en normas» guardan silencio cuando los palestinos y sus partidarios son las víctimas.
En lugar de proteger a los ciudadanos, los gobiernos occidentales han facilitado la represión israelí. A los pasajeros de las flotillas les quitaron sus teléfonos, los interrogaron y a algunos se les negó el reingreso al espacio Schengen. El silencio de los Estados occidentales constituye complicidad.
Algunos detenidos iniciaron huelgas de hambre en cárceles israelíes para protestar por su secuestro. Otros regresaron a casa para participar en campañas de desprestigio. Medios occidentales de derecha acusaron a los activistas de «provocación» o de «poner en peligro la seguridad».
La otrora querida activista sueca Greta Thunberg, quien se unió a la flotilla Madleen , fue atacada por los principales medios de comunicación, las redes sociales y figuras políticas influyentes. Estas tácticas buscan deslegitimar la solidaridad y sembrar el miedo entre quienes se atreven a actuar.
Pero estas campañas no han logrado extinguir la claridad moral del movimiento. Desde los estibadores de Barcelona que se niegan a cargar armas hacia Israel, hasta los estudiantes que ocupan universidades en Estados Unidos y Gran Bretaña, la flotilla se ha convertido en un símbolo: la solidaridad no se puede bloquear.
El rostro humano de la resistencia global
La Flotilla Global Sumud representa una convergencia de luchas entre continentes:
- La Campaña Global para el Retorno a Palestina movilizó a miles de activistas en todo el mundo.
- La Coalición de la Flotilla de la Libertad, cuyos orígenes se remontan a 2010, cuenta con una larga experiencia en la organización de la resistencia marítima.
- El Convoy Sumud del Magreb, lanzado en junio, reunió a más de 1.000 participantes de todo el norte de África bajo el lema de la “acción coordinada para Palestina”.
- La Iniciativa Nusantara Sumud, lanzada desde Malasia y otros ocho países del sudeste asiático, encarna la solidaridad Sur-Sur inspirada en la firmeza palestina.
Juntas, estas cuatro redes transformaron la flotilla, que pasó de ser un puñado de barcos a un corredor humanitario impulsado por la ciudadanía. La primera misión oficial está programada para el 31 de agosto de 2025 desde España, seguida de un segundo lanzamiento desde Túnez el 4 de septiembre, con la participación prevista de más de 50 barcos.
En una conferencia de prensa en Túnez, los organizadores enfatizaron que la flotilla no es meramente logística, es simbólica:
Esto no será solo una flota. Será un recordatorio de que el mundo observa, de que Gaza no está sola y de que los pueblos no permanecerán en silencio.
La Flotilla de la Libertad forma parte de una larga tradición de resistencia en el mar. El asalto al Mavi Marmara en 2010, en el que las fuerzas israelíes mataron a diez activistas, conmocionó al mundo. Pero en lugar de frenar la solidaridad, la multiplicó.
La Flotilla Global Sumud marca una nueva etapa. Al conectar puertos mediterráneos, caravanas norteafricanas y convoyes del Sudeste Asiático, construye una infraestructura transnacional de resistencia. Su nombre árabe, Sumud (firmeza), refleja tanto la resiliencia palestina como la determinación de personas de todo el mundo para actuar donde los gobiernos han fracasado.
Rompiendo el asedio, construyendo el futuro
La decisión ahora es clara. Israel seguirá atacando buques pacíficos en aguas internacionales, secuestrando activistas y reprimiendo las iniciativas humanitarias, porque el asedio es la piedra angular de su proyecto genocida. Los gobiernos occidentales seguirán mirando hacia otro lado.
Pero la gente común, desde los estibadores griegos que se niegan a cargar armas para Israel , hasta los sindicatos tunecinos que dan la bienvenida a las misiones de la flotilla, pasando por los estudiantes y parlamentarios que alzan sus voces, están construyendo un contrapoder.
La Flotilla Global Sumud es a la vez un salvavidas y una advertencia: Gaza no se dejará silenciar por hambre, y la solidaridad no será bloqueada.
Mientras la flotilla se prepara para zarpar con más de 50 barcos, su mensaje resuena por mares y continentes: El asedio debe terminar. Gaza debe vivir. Palestina debe ser libre.
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