Gaceta Crítica

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Los dos graves errores de Israel en la guerra contra Irán.

The China Academy, 24 de Junio de 2025

El llamado «acuerdo de alto el fuego entre Irán e Israel» de Trump ni siquiera duró 24 horas.

El 23 de junio, Donald Trump afirmó que un alto el fuego gradual entre Israel e Irán comenzaría el martes. Si la declaración de Trump fuera cierta, y si ambas partes, especialmente Israel, cumplieran su compromiso, esta guerra de 12 días podría finalmente estar llegando a su fin. Sin embargo, al momento de esta publicación, el conflicto aún continúa. Según el estratega chino, profesor Wang Xiangsui, Israel, como iniciador de este conflicto, ya ha cometido dos importantes errores estratégicos con consecuencias de gran alcance, posiblemente irreversibles.

El primer error estratégico de Israel: un giro hacia la expansión militar contraria a sus necesidades reales de seguridad nacional

El profesor Wang señaló que, durante su visita a Israel, una de sus impresiones más fuertes fue lo pequeño que es el país, tanto en extensión territorial como en población, con menos de 10 millones de habitantes. Su falta de profundidad estratégica y sus limitados recursos humanos le impiden permitirse una confrontación prolongada con los estados árabes vecinos, cuyas poblaciones superan los mil millones. Por lo tanto, la estrategia nacional de Israel siempre debería haberse centrado en los esfuerzos diplomáticos para mantener un desarrollo pacífico y sostenible en Oriente Medio. Sin embargo, en cambio, ha optado por utilizar la fuerza militar para eliminar las percibidas «amenazas», un enfoque fundamentalmente irrealista e insostenible.

De hecho, ni siquiera la justificación para iniciar esta guerra resiste un análisis riguroso. En este conflicto, el ataque preventivo de Israel se justificó alegando que el programa nuclear iraní representaba una amenaza para su seguridad nacional, una narrativa amplificada por los medios occidentales para legitimar la agresión israelí. Sin embargo, Irán no ha realizado ninguna prueba nuclear. Según informó The New York Times el 19 de junio, las agencias de inteligencia estadounidenses creen que, si bien Irán ha acumulado suficiente uranio enriquecido para construir una bomba, no ha decidido desarrollar armas nucleares. Irónicamente, si Estados Unidos bombardeara las instalaciones de enriquecimiento de uranio de Irán, o si Israel asesinara a los líderes supremos iraníes, Teherán podría, de hecho, decidirlo.

Además, en 1986, el extécnico nuclear israelí Mordechai Vanunu reveló el programa secreto de armas nucleares de Israel. El New York Times informa que Israel probablemente posee entre 80 y 200 ojivas nucleares.

El ex técnico nuclear Mordechai Vanunu sostiene una copia del periódico original en el que reveló los supuestos secretos nucleares de Israel.

Por lo tanto, dada la ventaja nuclear asimétrica de Israel y su disposición a usar la fuerza militar a voluntad, las ambiciones nucleares de Irán pueden interpretarse como una respuesta recíproca, que podría restablecer el equilibrio estratégico en la región. La actual expansión militar de Israel, con el pretexto de detener el programa nuclear iraní, contradice por completo su necesidad real de paz y seguridad a largo plazo.

El segundo error estratégico de Israel: calcular mal la brecha de poder y establecer objetivos poco realistas

Según The Washington Post del 23 de junio, el objetivo de Israel se ha desplazado sutilmente hacia un cambio de régimen en Irán. Pero, como señala el profesor Wang, este es un objetivo inalcanzable, tanto política como militar y económicamente.

Política y militarmente, incluso si Israel pudiera instaurar un régimen títere en Irán, el odio sembrado por la guerra y la invasión lo haría insostenible. La resistencia espontánea de los 90 millones de ciudadanos iraníes abrumaría a cualquier gobierno títere y superaría con creces lo que Israel, con tan solo 10 millones de habitantes, podría reprimir. Estados Unidos tampoco logró controlar Afganistán a pesar de años de ocupación militar y apoyo a un régimen cliente, retirándose finalmente en desgracia tras una costosa insurgencia. Israel no debería esperar que Estados Unidos contribuya a lograr este objetivo poco realista.

En términos económicos, Israel ha pasado por alto una cuestión más fundamental: el mundo occidental, incluido Estados Unidos, ya no tiene la capacidad de absorber y remodelar a Irán.

Como argumenta The Washington Post , la mejor manera de convencer a Irán es ayudándolo a convertirse en un país más rico, más avanzado y más integrado. Sin embargo, el profesor Wang observa que las economías occidentales actuales han evolucionado hacia sistemas excluyentes y jerárquicos similares a las estructuras de castas. Incluso si Irán buscara voluntariamente la modernización y marginara la religión en su gobernanza, la disposición occidental a apoyar tales reformas es cuestionable. Además, este tipo de esfuerzo de «frente unido» requiere dinero real. Dado el declive económico de Estados Unidos y otros países del G7, los recursos son escasos, y alinearse con Occidente ya no garantiza beneficios materiales.

Por el contrario, la decisión de Trump de apoyar el bombardeo israelí de las instalaciones nucleares iraníes y de enviar flotas para asistir a Israel constituye un ataque externo al derecho de Irán a la seguridad y el desarrollo. Estos ataques externos solo consolidarán el régimen actual de Irán. Por ejemplo, los sectores cultural y deportivo iraní criticaron en su momento los valores conservadores de Teherán. Durante el Mundial de Catar de 2022, la selección nacional de fútbol de Irán se negó a cantar el himno nacional en solidaridad con las protestas internas. Sin embargo, el 13 de junio, durante la Liga de Naciones de Voleibol Masculino FIVB de 2025, los atletas iraníes volvieron a cantar el himno nacional y saludar a la bandera, señal de cambios políticos internos.

Lamentablemente, el 24 de junio, el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel afirmó que Irán había violado gravemente el acuerdo de alto el fuego y que Israel respondería con la fuerza. Una vez más, parece que Trump ha lanzado una falsa cortina de humo, y el futuro de Oriente Medio sigue siendo incierto. Sin embargo, una cosa es segura: si Israel continúa con estrategias erróneas y objetivos inalcanzables, ni el país ni Oriente Medio en general verán una paz duradera.

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