Gaceta Crítica

Mark Gruenberg y John Wojcik (People’s World), 21 de Junio de 2025

Infantes de marina estadounidenses, desplegados por Trump, observan a los manifestantes marchar el sábado 14 de junio de 2025 en Los Ángeles. | Ethan Swope / AP

Más allá de lo que ahora es, bajo órdenes de Trump, una continua ocupación de 60 días de Los Ángeles por parte de marines estadounidenses, el presidente dice que ahora está listo para enviar tropas a cualquier otra gran ciudad gobernada por demócratas, afroamericanos o latinos. 

Ha ordenado a su aparato de seguridad, según el secretario de Defensa, Pete Hegseth, que se centre en intensificar las redadas antimigratorias en todas esas ciudades, especialmente, aunque no exclusivamente, en Chicago, Nueva York y Filadelfia. El presidente afirma que esto podría requerir el envío de militares estadounidenses a esas mismas ciudades.

Enviar tropas a patrullar, y mucho menos a ocupar, ciudades estadounidenses viola la Ley Posse Comitatus de 1878, la Declaración de Independencia, la Constitución y la Carta de Derechos. La ley establece que, salvo que exista una violación constitucional, «será ilegal desplegar el Ejército… con el propósito de ejecutar las leyes».

En cambio, Trump declaró a la prensa el 10 de junio que el envío de tropas a Los Ángeles era «la primera, quizás, de muchas» órdenes similares dirigidas a las tropas para apoyar las redadas de los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Las redadas en sí mismas violan la ley porque son llevadas a cabo por agentes no identificados, a menudo vestidos de civil, lo que refleja las tácticas de la policía secreta. En lugar de arrestos con cargos, implican secuestros sin orden judicial, ausencia del debido proceso y encarcelamiento inmediato sin cargos en centros de detención en Estados Unidos o en campos de concentración virtuales en el extranjero.

Fuerza igual o mayor aún por venir

«Puedo informar al resto del país que, si lo hacen, se enfrentarán a una fuerza igual o mayor» a la empleada en Los Ángeles, dijo Trump. La fuerza a la que se refería era el duro trato a los manifestantes en la segunda ciudad más grande del país y en otros lugares.

Las tropas permanecerán en Los Ángeles «hasta que no haya peligro», declaró Trump. Los tribunales aún no han emitido un fallo definitivo, no sobre el despliegue de los marines, sino sobre la demanda del gobernador de California, Gavin Newsom, que exige que se le devuelva el control de la Guardia Nacional. 

Durante el interrogatorio, el secretario de Defensa de Trump, Pete Hegseth, explicó los planes de la administración. El senador Brian Schatz, demócrata por Hawái, le preguntó en una audiencia en el Senado el 11 de junio: «¿Cree que la orden [de Trump] se aplica a cualquier Guardia Nacional, en cualquier lugar, a cualquier rama del servicio, en cualquier lugar? ¿Acaba de movilizar potencialmente a toda la Guardia Nacional, en todas partes, y a todos los miembros del servicio, en todas partes? Es decir, ¿creó el marco para eso?».

Hegseth dijo que la intención de los militares «es adelantarse a un problema, de modo que si en otros lugares, si hay otros disturbios en lugares donde los agentes del orden público se ven amenazados, tendríamos la capacidad de aumentar la Guardia Nacional allí si es necesario».

La secretaria de prensa de Trump, Karoline Leavitt, declaró que la verdadera misión de las tropas era ayudar a los agentes de ICE de Trump en las deportaciones masivas de aproximadamente 11 millones de personas indocumentadas. Los agentes de ICE han detenido a personas, incluyendo a una niña de 4 años que recibía tratamiento contra el cáncer. «El presidente Trump prometió llevar a cabo la mayor campaña de deportaciones masivas en la historia de Estados Unidos, y los disturbios de la izquierda no lo detendrán en ese esfuerzo», espetó Leavitt. 

¿Preludio a la ley marcial?

“Todo esto es un preludio a los esfuerzos de Trump por imponer la ley marcial”, afirma Richard Green, copresidente del Distrito de California del Partido Comunista de EE. UU. “Los Ángeles es un campo de pruebas. Pero le ha sorprendido la resistencia” a nivel nacional, dijo Green sobre Trump. Las tropas solo están allí en funciones de apoyo. Los principales medios de comunicación, en particular Fox, “se han centrado solo en unas pocas batallas campales” en “una zona muy localizada” de varias manzanas de la ciudad de 800 kilómetros cuadrados.

Esta no sería la primera vez que se plantea la ley marcial en presencia de Trump. Tras la derrota de su jefe en las elecciones presidenciales de 2020, el exgeneral Michael Flynn, entonces asesor de campaña de Trump, abogó por imponer la ley marcial —en una reunión en el Despacho Oval— y repetir las votaciones en los estados clave.  

Green señaló que los Marines y la Guardia Nacional custodian dos edificios prácticamente vacíos: el edificio federal junto a la histórica Union Station, la terminal de Amtrak del centro de Los Ángeles y un centro de detención a una cuadra. Este centro ha sido el escenario de la mayoría de las protestas contra las redadas de ICE. 

“Están ahí parados, controlando a la multitud”, dijo Green sobre la Guardia y los Marines. Mientras tanto, “la resistencia está creciendo, no disminuyendo. Y se están formando nuevas coaliciones” para contrarrestar tanto a las tropas como las redadas del ICE.

“Si él [Trump] retirara las tropas, todo esto se detendría”.

No habrá tropas el 6 de enero

Las tareas de control de multitudes y prevención de disturbios que mencionó Green eran algo que las tropas podrían haber realizado legítimamente en otra ocasión. El gobernador Newsom, por ejemplo, ha contrastado la federalización de la Guardia Nacional de California por parte de Trump y el envío de 2000 de sus soldados a Los Ángeles para ayudar a sofocar pequeños disturbios con la negativa del presidente a activar la Guardia Nacional de Washington D. C. —que controla directamente— cuando 1600 trumpistas armados abrumaron a la policía del Capitolio de EE. UU. en su invasión e insurrección del 6 de enero de 2021.

Trump vio a los invasores por televisión, elogiándolos mientras veía a legisladores, personal y periodistas correr para salvar sus vidas. Entre ellos se encontraba su propio vicepresidente, Mike Pence, quien evadió una posible trampa del Servicio Secreto, llegó a una zona segura y llamó a la Guardia Nacional de Washington D. C. sin consultar a Trump. 

En la Ciudad de los Vientos, el Sindicato de Maestros de Chicago afirmó que la violencia presenciada en los últimos días —tanto por parte de las tropas como de un asesino de extrema derecha en Minnesota— es “el subproducto de una campaña profundamente coordinada, de décadas de duración, para normalizar el odio, deslegitimar la protesta y utilizar el poder político como arma contra el pueblo”. 

Los maestros dijeron que el país ha entrado en un momento “en el que los líderes sindicales son encarcelados por liderar a los trabajadores” —el presidente de Service Employees California, David Huerta, ciudadano estadounidense, en Los Ángeles— “los alguaciles amenazan abiertamente con enterrar a los manifestantes, un presidente estadounidense perdona a los insurrectos violentos, los miembros de su gabinete” hicieron que guardias de seguridad “agredieran físicamente a senadores estadounidenses, y los abogados difaman a los líderes sindicales poniéndolos en carteles de personas desaparecidas”.

Newsom resumió la situación: «La democracia es lo próximo. La democracia está bajo ataque ante nuestros ojos. El momento que temíamos ha llegado».