
Chen Weihua, académico chino. 10 de Noviembre de 2024
Nos complace reimprimir a continuación el discurso pronunciado por Chen Weihua en nuestra conferencia del 28 de septiembre para celebrar el 75º aniversario de la fundación de la República Popular China.
Chen describe la fundación de la República Popular como un punto de inflexión en la historia china: “La declaración del presidente Mao hace 75 años de que el pueblo chino se había levantado hizo que los chinos se sintieran extremadamente orgullosos de ser chinos, después de que la nación hubiera sufrido un siglo de humillación infligida por las potencias imperialistas y coloniales”.
El progreso de China desde entonces (sacar a cientos de millones de personas de la pobreza, desarrollar atención médica y educación universales, mejorar enormemente los niveles de vida y convertirse en un líder mundial en tecnología verde) ha sido notable, pero también ha generado alarma en Washington, que ve el ascenso de China como una amenaza a su estrategia de hegemonía.
Este es el contexto de la guerra comercial, de las sanciones unilaterales de Estados Unidos contra China y de la creciente campaña de cerco militar. También proporciona el contexto para una implacable guerra de propaganda, en la que se demoniza a China y se la etiqueta de amenaza a la paz y la democracia. “Estados Unidos a menudo presenta a China como una gran amenaza a la paz mundial. La verdad es que China tiene uno de los mejores antecedentes en materia de paz. Estados Unidos ha estado involucrado en constantes guerras y cambios de régimen, desde Afganistán hasta Irak y Libia, por nombrar solo algunos”.
Chen señala que, en un mundo interconectado, “es más importante que nunca que el mundo se una para afrontar los desafíos globales comunes, desde el cambio climático, la proliferación nuclear y las pandemias hasta el crecimiento económico y la gobernanza global”, y concluye pidiendo una lucha coordinada contra la Nueva Guerra Fría.
Chen Weihua es un destacado periodista chino y jefe de la oficina de la UE del China Daily.
Es un gran honor para mí dirigirme a ustedes a título personal en este importante evento que conmemora el 75º aniversario de la fundación de la República Popular China.
Quiero expresar mi agradecimiento a los Amigos de la China Socialista por su buen trabajo en defensa de la paz y la justicia mundiales y en apoyo a China contra la nueva Guerra Fría de Estados Unidos y sus imprudentes campañas de desprestigio contra China.
La declaración del Presidente Mao hace 75 años de que el pueblo chino se había levantado hizo que los chinos se sintieran extremadamente orgullosos de ser chinos, después de que la nación hubiera sufrido un siglo de humillación infligida por las potencias imperialistas y coloniales.
El rápido ascenso pacífico de China, especialmente desde la reforma y la apertura a fines de los años 1970, es un milagro sin precedentes en la historia de la humanidad. China ha sacado a 800 millones de personas de la pobreza, ha elevado enormemente el nivel de vida de su población, ha avanzado en su capacidad en materia de educación, salud pública, ciencia y tecnología, y se ha convertido en una potencia manufacturera mundial, incluso en el sector de las energías renovables y otras industrias limpias.
China ha desempeñado un papel importante y responsable en el escenario mundial y como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y como voz del mundo en desarrollo.
Precisamente la política exterior independiente de China, su singular camino de desarrollo y su rápido ascenso pacífico han hecho que muchos en Washington se sientan amenazados y no puedan mantener la hegemonía global de Estados Unidos. Por eso, Estados Unidos ha hecho todo lo posible por contener el desarrollo de China.
Estados Unidos ha estado librando guerras comerciales y arancelarias contra China. Ha incluido a cientos de empresas tecnológicas chinas en su notoria Lista de entidades de control de exportaciones. Estados Unidos ha estado obligando a los países a elegir bando en su intento de dividir el mundo en bloques políticos al estilo de la Guerra Fría.
Estados Unidos también ha estado provocando a China en posibles guerras calientes al aumentar su suministro de armas a Taiwán, que es reconocido internacionalmente como parte de China. Estados Unidos ha estado exhibiendo su fuerza durante décadas en el aire y el mar cerca de la costa de China, por no mencionar sus cientos de bases militares destinadas a cercar a China.
En marzo de este año, el presidente estadounidense Joe Biden aprobó una estrategia nuclear secreta para contrarrestar la llamada “amenaza china”. Se trata de una invitación a la carrera armamentista nuclear y supone una amenaza real para la existencia de la humanidad. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, hizo ya en junio una incitación a la guerra nuclear peligrosamente similar.
Los dirigentes, legisladores, políticos e incluso los medios de comunicación estadounidenses se han dedicado a demonizar a China en medio del resurgimiento del macartismo. El proyecto de ley aprobado recientemente por la Cámara de Representantes de Estados Unidos para destinar 1.600 millones de dólares a difundir propaganda antichina en el extranjero es apenas la punta del iceberg de esas campañas de difamación y desinformación de Estados Unidos contra China.
Estados Unidos suele retratar a China como una gran amenaza para la paz mundial. La verdad es que China tiene uno de los mejores historiales en materia de paz. Estados Unidos ha estado involucrado en constantes guerras y cambios de régimen, desde Afganistán hasta Irak y Libia, por nombrar solo algunos.
Estados Unidos todavía se niega a levantar su embargo cruel e inhumano de más de seis décadas contra Cuba, a pesar de que la Asamblea General de la ONU lo ha condenado todos los años desde hace más de tres décadas.
El mundo también ha sido testigo de la hipocresía y los dobles estándares exhibidos por Estados Unidos y algunos de sus aliados en los conflictos actuales en Ucrania y Gaza.
Puede que Estados Unidos haya logrado dictar e influir en la política exterior de algunos países, pero muchos países del mundo han dejado claro que no quieren verse obligados a elegir un bando y que no quieren una nueva Guerra Fría.
Vivimos en un mundo interconectado y es más importante que nunca que el mundo se una para abordar desafíos globales comunes, desde el cambio climático, la proliferación nuclear y la pandemia hasta el crecimiento económico y la gobernanza global.
Significa resistir la hegemonía estadounidense, oponerse firmemente a una nueva Guerra Fría y construir un mundo multipolar, donde las naciones en desarrollo tengan una voz mayor e igualitaria.
Los chinos son una nación amante de la paz. Creen que civilizaciones y naciones diferentes con ideologías, sistemas políticos, culturas y tradiciones diferentes pueden y deben coexistir en paz.
Trabajemos juntos por la paz y la justicia mundial, y trabajemos juntos contra la nueva Guerra Fría.
GACETA CRÍTICA, 10 DE NOVIEMBRE DE 2024
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