Gaceta Crítica

Pues sí, no es una broma de zombis. José María Aznar, alias el bigote, llama a una “movilización nacional” (también se podría intercalar una z). Dice que es contra una potencial amnistía, respecto de un referéndum sin consecuencia legal alguna realizado en 2017 en Cataluña, organizado por los movimientos independetistas. Por cierto, es bueno recordar que sus resultados (en los que participaron solo 2 millones de catalanes) fueron paralizados por Puigdemont en el acto.
La histeria del nacionalismo patriotero español y el sectarismo entonces del nacionalismo patriotero catalán abrieron el camino a una nueva situación encabezada por las fuerzas de izquierda en el gobierno de España a partir de 2018.
El resultado de un trabajo político basado en el reconocimiento diversidad de la sociedad catalana y española ha tenido como resultado una normalización de los acuerdos y del diálogo. El independentismo ha bajado su representación sensiblemente. Han sido el PSOE y Comuns/Sumar quien han catalizado el voto mayoritario. Las derechas españolistas representan una inmensa minoría en Cataluña.
La petición de una amnistía por parte de los independentistas catalanes en reflujo entra en sus reivindicaciones habituales. España y Cataluña han vivido un periodo de 5 años de tranquilidad y convivencia frente a la crispación anterior.
Es esa misma crispación la que Aznar quiere volver a situar en el centro del debate en nuestro país. Quiere movilizar a unas derechas sin liderazgo, divididas y que se ven incapaces de formar gobierno para revertir el resultado electoral. Y, de paso, como buen nacionslista extremo español está en cantado de revitalizar al independentismo español. Las calles se llenarán de banderas en Madrid y Barcelona que dejarán en segundo o tercer plano los verdaderos problemas de una ciudadanía harta de salvapatrias españoles o catalanes.
Como dice Escolar más abajo, Aznar no nos puede engañar. Ya lo hice como un delincuente común en los atentados del 11 M. Ya lo hizo antes metiéndonos en una guerra en Irak contra unas armas de destrucción masiva que nunca existieron y que destruyó un país y un pueblo, al servicio de las ansias insaciables de petróleo de los Estados Unidos.
El Aznar que se declara defensor maximo de una Constitución que no defendió ni votó en 1978.
Un tipo que hace alarde de la defensa “perejilera” de España y que ni siquiera hizo la mili, de la que se escaqueó porque se hacían muchas guardia. Prefería él que la mili la hiciésemos los demócratas y la gente pobre y de izquierdas., que para eso estábamos.
Es el mismo Aznar que se mete para el saco todos los años una pensión como ex presidente de 80000 euros más medio millón de euros que se levanta en ENDESA y varios chiringuitos de fundaciones conspiranoicas y universidades privadas, americanas y españolas. De esas universidades que regalan títulos a los vagos y vagas hijos de ricos o enchufados que no pegarán un palo al agua y aprobarán para luego dirigir gobiernos y consejos de administración, lógicamente en exclusivo beneficio de ellos y de su clase ociosa.
Este Aznar y está derecha son la VERGÜENZA DE ESPAÑA.
No queremos ver otra vez la procesión españolista para reivindicar una patria en la que no creen, pues la patria es la democracia y el bienestar de la mayoría de las españoles y españolas.
No queremos que Cataluña ni Euskadi se independicen. Estamos mejor juntos, pero es necesario que nuestra casa común sea una casa querida y habitable para todas las nacionalidades (artículo 2 de la Constitución)de nuestra España plural y de rica diversidad.
La respuesta a las provocaciones autoritarias de la derecha ociosa y patriotera debe ser la FIRMEZA Y LA SERENIDAD. Para no perder el RUMBO DE LA AGENDA SOCIAL del gobierno de progreso, y FIRMEZA para rechazar institucional y socialmente las pretensiones autoritarias de una derecha ahogada en su impotencia.

Gerardo Del Val Cid

GACETA CRÍTICA